Con motivo de las investigaciones para la conmemoración del 75 Aniversario de la llegada de nuestra Imagen, tuvimos el gusto de contactar con Ana Martínez Martínez, nieta de D. Juan José Martínez, miembro de la Hermandad antes y después de la Guerra Civil siendo uno de los impulsores de la reconstrucción de la Hermandad en los difíciles años 40. Fue hermano Mayor en 1944 año en el que realizó una hornacina de mármol para nuestro “Beso” en la Parroquia de San Francisco asumiendo todos los costes. Ocupó puestos como el de contador o tesorero, mostrando continuamente sus desvelos por los Hermanos más necesitados, siendo el “Bien material” algo prioritario en sus gestiones en aquellos años tan difíciles. Sustituyo muchos años a Alfonso Cabañas en la procesión del silencio como representante ya que este debía desfilar con la banda, muestra de la confianza que la hermandad depositaba en él.
Tanto Ana Martínez como su familia se pusieron a disposición de la Junta Directiva aportando datos y contribuyendo con documentos antiguos, etc., así como haciéndonos conocedores de la existencia de la figura de un cetro de “Judas”.
Como muchos conquenses que residen fuera de la Ciudad, la distancia hizo que con el tiempo las relaciones de la Hermandad con esta familia se enfriaran aunque ellos siempre se han sentido y así lo han manifestado Hermanos del Prendimiento, y fue en la primavera de 2017 cuando, tanto Ana Martínez como sus hijos nos comunicaron su intención de seguir los pasos de su abuelo incorporándose a las filas de la Hermandad, lo cual es un motivo de orgullo poder contar con el apoyo de esta gran familia con tanto arraigo Nazareno.
Valorando lo acontecido, la junta directiva a principios de la cuaresma de 2018 decidió arropar a esta familia en memoria de D. Juan José Martínez, que tanto aportó a nuestra querida Hermandad invitándolos a procesionar portando el cetro antiguo de su abuelo.
Es para nosotros un orgullo que la familia Martínez acogiera por buena esta invitación, no solo aceptándola, sino comunicándonos que a partir de ese momento hacían la donación de la figura mencionada para engrandecer el patrimonio de la Hermandad y con ello el de la comunidad Nazarena. Son estos los actos que le dan sentido a la palabra Hermandad, la hacen latente y refuerzan los actos de fe que como nazarenos manifestamos cada Miércoles Santo rindiéndole culto a nuestra Sagrada imagen.
Sintiendo que hemos recuperado una parte fundamental de nuestra historia, queremos agradecer a familia Martínez su colaboración y aportaciones desinteresadas, con el deseo que la Hermandad pueda reportarles el espíritu y el sentir nazareno del cual fue pilar fundamental su abuelo D. Juan José Martínez.
Fotos Joaquín Ruiz Arteaga.